Saltar al contenido
Portada » Blog » Necesito esos 5 kilómetros (Laura Rodríguez – Barcelona)

Necesito esos 5 kilómetros (Laura Rodríguez – Barcelona)

Cada día, sin falta, me levanto temprano, me pongo mis zapatillas y salgo a correr. No importa el clima, no importa si estoy cansada o si tengo un millón de cosas en la cabeza. Salgo a correr, y lo hago por una razón muy simple: necesito esos cinco kilómetros.

No necesito metas más grandes, no necesito correr maratones ni batir récords. Para mí, esos cinco kilómetros son suficientes. Son mi refugio, mi momento de paz en medio del caos al que llamamos mundo. Cada zancada que doy es como un paso hacia la calma interior, hacia la liberación de las preocupaciones y el estrés.

Cuando corro, me conecto conmigo misma de una manera que no puedo hacerlo en ninguna otra actividad. Es como si mis pensamientos se aclararan y mi mente se despejara. Las preocupaciones se desvanecen y solo queda el sonido rítmico de mis pies golpeando el pavimento. Es una especie de meditación en movimiento.

A veces, cuando salgo a correr, llevo conmigo todas las cargas del día anterior. Los problemas, las frustraciones, las tristezas. Pero a medida que avanzo, siento cómo esos pesos se van desvaneciendo. Cada kilómetro que pasa me hace más fuerte, más ligera. Siento que dejo atrás todo lo negativo y me abro paso hacia un nuevo comienzo.

Correr me ha enseñado muchas lecciones importantes. Me ha mostrado que soy capaz de superar obstáculos, tanto físicos como mentales. Me ha enseñado que la disciplina y la perseverancia son fundamentales para alcanzar cualquier meta en la vida. Y me ha recordado constantemente que, aunque el camino puede ser difícil, siempre hay una recompensa al final.

Mis cinco kilómetros diarios son un recordatorio constante de que puedo lograr cualquier cosa que me proponga. Cuando siento que la vida me arrastra y las dudas me invaden, corro para recordarme a mí misma que tengo el poder de superar cualquier adversidad. Cada paso que doy es un voto de confianza en mis propias capacidades.

Y por si fuese poco, correr también me conecta con el mundo que me rodea. Mientras atravieso las calles y los parques, puedo sentir la energía de la ciudad. Observo a las personas que me cruzo, sus rostros llenos de determinación, de alegría o de tristeza. Me doy cuenta de que todos estamos luchando nuestras propias batallas, y correr me hace sentir parte de algo más grande.

En esos cinco kilómetros, encuentro inspiración y motivación. Veo a otros corredores esforzándose, superando sus límites y me anima a hacer lo mismo. La comunidad de corredores es fuente de apoyo y compañerismo. Nos alentamos mutuamente, compartimos nuestras experiencias y nos levantamos cuando alguien cae.

Así que cada día, sin importar qué, salgo a correr mis cinco kilómetros. No necesito más. Es mi momento de conexión, de liberación y de renovación. Es donde encuentro fuerza, claridad y determinación. Mis cinco kilómetros diarios son mi razón para levantarme, para enfrentar el día con valentía.

Comparte este artículo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *